El alumnado de 2º ESO en nuestro Centro está más preparado que el de 1º ESO para la atención, y por eso se pueden realizar algunas dinámicas en clase sin temor a que se forme una rebelión en cadena. Además, cuando se acostumbran a que la profesora de Plástica haga "cosas raras" en clase, la realidad es que no sólo lo hacen bien sino que hasta lo piden con ganas.
La verdad es que estos chicos llevan un ritmo de hiperactividad durante toda la mañana que agradecen muchísimo que se les "fuerce" a parar.
Es importante que aprendan a mantener una postura correcta mientras están sentados y realizando la relajación. Deben tener el cóxis levantado para asentar bien el peso sobre las nalgas, pero esto no significa que deban tener la espalda rígida sino simplemente derecha y con los hombros relajados.
Muchos acaban "cayendo" y arqueando la espalda, pero poco a poco van comprendiendo que eso no es saludable.
Yo les hago ponerse en contacto con su respiración para observarla sin forzarla, dándose cuenta de los cambios corporales. A muchos les da la risa las primeras veces, pero les digo que no pasa nada si ríen porque así sueltan los nervios. Eso sí, lo que tengo prohibido es hablar. Y quien habla por tercera vez, le invito amablemente a que salga del aula. Lo normal es que la siguiente vez se quede mudo para no perdérselo. Algunos se echan a dormir sobre el pupitre, pero amablemente y en voz baja les hago incorporarse, y repito en alto que relajarse no es dormirse, sino estar tranquilo y con la mente muuuuy despierta: incluso especialmente alerta a todo lo que ocurre.
Luego les hago "viajar" por algún paraje idílico, en el que puedan escuchar sonidos, ver infinidad de cosas, oler, sentir y tocar. Siempre en contacto con su respiración, les hago volver luego al aula.
En muchas ocasiones utilizo lo que han visto, oido, tocado o escuchado, para que se pongan a realizar a continuación algo creativo.
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