Izquierda:
Hendedor Achelense Medio de 400.000 años de antigüedad, de forma trapezoidal, trabajado en la parte superior mediante toques con percutor para conseguir un buen filo. Lo usó un Homo Heidelbergensis (un pre-Neandertal) a modo de abrelatas o palanca, -tal como se hace para abrir tapaderas-, para descarnar los huesos de los animales que cazaba.
Sin este instrumento, -y otros parecidos-, no habría podido sobrevivir en un mundo con animales bien dotados para la caza. Con este instrumento, una de sus necesidades básicas -la supervivencia- estaba resuelta.
Derecha:
Ratón informático. Con este sencillo instrumento, de forma casi rectangular con las esquinas romas, el Homo Sapiens, -convertido hoy en Homo Certior-, abre mundos ante sus ojos, presionando una de sus esquinas. Accede a toda la información conocida mirando una superficie plana y brillante colocada a poca distancia de sus ojos, mientras descansa sentado.
Sin este instrumento, -que sin duda es demostración de uno de sus maravillosos poderes creativos-, el Ser Humano habría podido sobrevivir perfectamente, y de hecho lo hizo durante muchísimos años, ya que no es una herramienta que cubra Necesidad Básica alguna.
Sin embargo, sí es una herramienta de modificación de la sociedad, del entorno y de las comunicaciones, que ha conseguido que la vida del planeta cambie sustancialmente, tanto para bien como para mal en muchos aspectos.
Aprendamos a distinguir los deseos de las Necesidades Básicas. De estas últimas no podemos prescindir so pena de morir física o psíquicamente.
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